Durante 50 años, cientos de miles de campistas han participado en los programas de Village Camps, ayudando a formar generaciones de niños y adolescentes. Gracias a los Village Camps se hacen amigos para toda la vida, se crean recuerdos para toda la vida e incluso se celebran matrimonios.

Muchos campistas vuelven varios años seguidos, en algunos casos desde los 7 hasta los 17 años. Y la cosa no acaba ahí. Una vez cumplidos los 18, un buen número de campistas se convierten en monitores al cumplir los 21 años. Alrededor de una cuarta parte de nuestros monitores han sido campistas y siguen compartiéndolo con las nuevas generaciones.

Tanto si la experiencia del campamento es tan prolongada como si sólo dura un verano, a menudo se cierra el círculo y muchos campistas envían a sus propios hijos al campamento. Ya hay tres generaciones de familias que han compartido sus aventuras de campamento de verano con Village Camps.